Una reciente investigación policial ha desvelado un escándalo de corrupción que involucra a las Fuerzas Armadas del Perú. Según se informó, miembros de las bandas criminales ecuatorianas “Los Choneros” y “Los Tiguerones” habrían recibido municiones de calibre militar provenientes del Ejército Peruano. Estas organizaciones delictivas, conocidas por su alta peligrosidad y vínculos con el narcotráfico y la extorsión, están utilizando armamento de largo alcance, alimentado por municiones que habrían salido ilegalmente de almacenes militares peruanos.
El caso tomó relevancia con la captura de Anderson Chalco y Danae Durán, quienes transportaban 4,000 municiones calibre 5.56. Ambos detenidos señalaron la existencia de una red criminal dentro de la Armada Peruana que facilita el desvío de este material bélico. La detención del teniente Cristian Revilla, acusado por los implicados de ser el proveedor de las municiones, ha llevado la investigación hacia posibles involucramientos de altos mandos militares.
Un informe interno del Ejército confirmó la desaparición de municiones de los almacenes de un cuartel en Chorrillos. Aunque inicialmente se reportaron 4,000 municiones faltantes, fuentes militares señalaron que el desfalco podría alcanzar las 15,000 unidades. Estas municiones habrían sido distribuidas en actividades ilegales de las bandas ecuatorianas, que cuentan con antecedentes de sicariato y ataques a instituciones en su país.
NO HABRÁ CONDESCENDENCIA
El premier Gustavo Adrianzén declaró que “ni las Fuerzas Armadas ni la Policía Nacional serán condescendientes con efectivos que quebranten la ley”. Mientras tanto, los tres detenidos permanecen bajo custodia, y las autoridades continúan recabando testimonios que podrían comprometer aún más a oficiales de alto rango. Este caso no solo pone en evidencia el alcance de las redes de corrupción militar, sino también el impacto transnacional de su accionar.