Miles de transportistas, bodegueros, comerciantes y miembros de la sociedad civil salieron a las calles de Lima para protestar contra la creciente ola criminal que afecta al país.
Desde temprano, numerosos transportistas decidieron no operar y se unieron a la marcha hacia el Congreso de la República.
NULA PRESENCIA DE TRANSPORTE PÚBLICO
Esto resultó en que la Panamericana Sur, una de las principales vías de la ciudad, se presentara con escasa presencia de micros y otros vehículos de transporte público, mientras que se observó un mayor tránsito de autos particulares y transporte de carga pesada.
Los pasajeros que quedaron varados en los paraderos se vieron obligados a buscar alternativas, optando por taxis para poder llegar a sus hogares o lugares de trabajo.