Las extorsiones y los robos violentos se han convertido en una amenaza creciente para las bodegas en Perú, con delincuentes utilizando armas de fuego y granadas para intimidar y extorsionar a los comerciantes.
Según Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros, la delincuencia ha forzado a muchos empresarios a pagar "cupos" a las bandas criminales para trabajar en paz.
Esta situación ha generado un aumento en el número de denuncias, con 1 400 quejas mensuales a nivel nacional. En el último año, aproximadamente 2 600 bodegas han cerrado debido a la extorsión, mientras que más de 13 000 han sido amenazadas.
TESTIMONIO
José Llamo, propietario de Tiendas Llamo, ha vivido de cerca los efectos de la inseguridad. A pesar de las amenazas, como la colocación de bombas en su tienda, ha decidido enfrentarse a la situación en lugar de abandonar el país.