Cientos de comercios, transportistas y transeúntes se vieron afectados por una fuerte granizada que azotó a la ciudad de Huancayo por más de 20 minutos.
Las calles huancaínas se inundaron rápidamente, mientras que algunas personas tuvieron que subir a sus techos de calamina para sacar el abundante granizo. Este hecho casi termina en tragedia pues una persona cayó desde su azotea mientras hacia la limpieza.
Las gradas de algunos caminos para los transeúntes eran auténticas cataratas que la gente tenía que sortear para poder llegar a su vivienda. Pese a ello, muchas personas recibieron con buen humor esta repentina granizada.