Uno de los complejos arqueológicos más importantes de la capital, declarado como Patrimonio Cultural de la Nación, ahora es ocupado por mecánicos informales y un grupo de familias: se trata de la Huaca Mateo Salado.
Don Prudencio Velásquez asegura ser una de las primeras personas en llegar a habitar en un espacio del complejo arqueológico monumental. Al igual que ellos, otras familias también se encuentran viviendo dentro del complejo histórico.
Pero no solo familias están instaladas en estos terrenos intangibles. También hay talleres mecánicos. El Ministerio de Cultura asegura que en el año 2011 demandó a 20 familias para que cumplan con desocupar las áreas. Sin embargo, tras ocho años, no han podido retirarlos.