¿De qué sirve que los conductores respeten los cruces peatonales si los mismos peatones infringen las normas? o ¿Por qué los conductores que conocen muy bien las normas de tránsito las infringen? Este se ha convertido en un problema de casi nunca acabar.
Lo inexplicable de este dilema es que, pese a que según las últimas estadísticas se han registrado más de un millón y medio de infracciones de tránsito y cerca de 90 mil accidentes, no se han tomado las medidas correspondientes para frenar el problema, muestra de ello es que en la capital solo hay solo un policía de tránsito por cada 5 mil 251 habitantes.
Cabe recordar que según el Reglamento Nacional de Tránsito, los conductores pueden tocar la bocina únicamente para evitar situaciones peligrosas y los peatones siempre tendrán preferencia de paso en vías donde no hay semáforos o policías.
