Tres días después del desalojo, en el terminal terrestre de Fiori, las empresas se las ingenian para seguir atendiendo a los viajeros.
Muchos de los pasajeros acostumbrados a viajar periódicamente se sorprendieron al encontrarse con un terminal, de unos 6 mil metros cuadrados aproximadamente, completamente demolido. Algunos de ellos se encontraban a la incertidumbre ya que no encontraban pasajes.
Los pesados buses y jaladores de las empresas que siguen operando, esperan a sus pasajeros en las calles aledañas al ex terminal Fiori para que puedan abordar. Otras empresas, en cambio, buscan formalizar su servicio pues ya cuentan con una instalación acorde.