Fiel a su estilo, el Sumo Pontífice rompió el protocolo y se acercó a los fieles apostados en las afueras de la Nunciatura Apostólica; sin embargo. durante el día hubo dos hechos que llamaron la atención de las personas.
La primera se trata de una menor de nueve años postrada en una silla de ruedas. Como se muestra en imágenes, el Sumo Pontífice se dirigía a su vehículo oficial para continuar con la agenda establecida rumbo a Puerto Maldonado cuando se detuvo y se acercó a la pequeña.
De forma similar, horas más tarde, una madre de familia llegó desde Huancayo para que el Papa bendiga a su hija, quien sufre hidrocefalia. Afortunadamente, con el apoyo de los agentes policiales y personas, logró que el Santo Padre la bendija.
Cabe mencionar que el Papa estuvo permanentemente resguardado por la Guardia Suiza y miembros de la Policía Nacional del Perú (PNP). Luego de dar una vuelta alrededor del inmueble, el Santo Padre ingresó la Nunciatura y dio un balconazo para sus fieles. Desde el edificio, el Santo Padre agradeció la presencia de todos los peruanos y, en especial, las personas de Manchay.
Finalmente, pidió a sus fieles rezar un Ave María y llamó a las personas a regresar de forma ordenada a descansar a sus respectivos hogares.