Golpes certeros y siempre violentos fueron la característica principal de los terroristas dispuestos a acabar no solo con la paz sino también con la economía, el turismo y las inversiones en nuestro país. Es por ello que estratégicamente, Sendero Luminoso planeó sus ataques a conocidos y prestigiosos hoteles de la capital.
El 24 de mayo de 1995 trabajadores y turistas fueron sorprendidos por la explosión de un coche bomba en el exterior del céntrico hotel María Angola. Aquella noche más de un sobreviviente se reunía con su familia afuera del hotel, pero también más de uno fue invadido por la angustia al no saber quiénes saldrían con vida de entre los escombros.
El Crillón, uno de los principales hoteles de los 90 y el preferido por muchos artistas, fue también blanco de un ataque que dejó 3 muertos y 50 heridos, entre los que se contaban turistas extranjeros.
En el año 87, el hotel Sheraton también se vio afectado por un atentado terrorista. La actriz María Antonieta de las Nieves, la Chilindrina, estuvo hospedada la noche en que la explosión remeció el recinto.
Todos estos ataques trajeron como consecuencia la ausencia de turistas extranjeros a nuestro país debido a los altos niveles de inseguridad que vivíamos a manos de estos delincuentes.