Hace unas horas dimos cuenta de un parque público por demás singular. Servía de baño público, de granja para crianza de pollos y hasta de huerta personal, todo con el aval de vecinos y de las autoridades de San Juan de Lurigancho.
Para convencernos llegamos al parque Las Violetas en la urbanización del mismo nombre y comprobamos que los vecinos habían lotizado el parque y hacían lo que querían en el pedazo que según ellos les correspondía, cerrando con palos y hasta con candados lo que creían su propiedad.
Tras la denuncia en el llamado ‘Parque de los pollos’, el municipio de la jurisdicción llegó al lugar con un contingente de 20 trabajadores para poner orden y recuperar el parque que debe servir para uso de todos los vecinos.
Los vecinos, incluso hasta los que cultivaban frutos y flores, saludaron la denuncia que hizo despertar a las autoridades de su distrito. Al notar nuestra presencia, algunos vecinos aseguraron que el bautizado como ‘Parque de los pollos’ no es el único olvidado de la gestión.
Aseguraron que por ejemplo el parque Cáceres, que se encuentra muy cerca, se ha convertido en fumadero por las noches.