Un pequeño can, llamado Choco, fue arrollado por un patrullero de la Policía Nacional el pasado 23 de enero. Autoridades no se inmutaron ante los aullidos del perro que dejaron con graves heridas, y se dieron a la fuga como si nada hubiera pasado.
Doña María Elena Farfán, al enterarse del accidente, acudió al auxilio del can y lo llevo hasta una clínica veterinaria. Lamentablemente, el fuerte impacto provocó que Choco perdiera una de sus extremidades.
Desde aquella fecha, el can recibe atención médica solventada por la clínica veterinaria y por Doña Julia quien pide donaciones de medicamentos y alimentos para que pueda tener una óptima recuperación.