En Alemania, una enfermera, sospechosa de haber inyectado morfina a cinco bebés prematuros, fue arrestada en la ciudad de Ulm, indicó la policía, subrayando que los cinco niños sobrevivieron. La policía descubrió en el casillero de la enfermera en el hospital de esa ciudad una jeringa que contenía mezclada leche materna y restos de morfina.
Los cinco bebés tenían entre un día y un mes de vida y habrían recibido la morfina en diciembre, en la sala de prematuros del centro médico.
El personal médico intervino rápidamente y las autoridades descartaron que los niños hayan sufrido daños permanentes debido a esto.
Los bebés presentaron posteriormente problemas respiratorios agudos pero pudieron salvarse gracias a la intervención urgente de equipos médicos, que explicaron que los niños no tendrán secuelas tras el incidente.
El hospital pensó en un primer momento en una infección, pero el análisis mostró, sin embargo, que había rastros de morfina, lo que llevó al hospital a informar a la policía.