El fenómeno natural provocó grandes daños a varias viviendas en Estados Unidos. El repentino tornado se produjo en el poblado de Port Orchard, cerca de Seattle, en Washington.
Tras su paso, se reportó caída de árboles y fugas de gas. Las autoridades anunciaron que por fortuna no hubo heridos ni víctimas mortales.
Por otro lado, se confirmó que ya se trabaja en la reconstrucción de las zonas afectadas.