Aunque están demacrados y delgados, los menores se encuentran animados y con buena salud, arropados con ropas térmicas. Así se encuentran los 12 niños y su entrenador atrapados en una cueva inundada al norte de Tailandia.
Los menores esperan con ansias reencontrarse con sus familiares. Un médico militar se encuentra supervisando a los menores, curando sus heridas y asegurándose que se alimenten, además recibieron sus primeras lecciones de natación, pues los menores tendrán que recorrer más de 4 kilómetros por zonas angostas e inundadas.
La fecha de su salida aún no se ha fijado, pero se acelerará el proceso para evitar nuevas inundaciones.