El nuevo misil intercontinetal de Corea del Norte, que podría alcanzar cualquier ciudad de EEUU, ha sido denorminado Hwasong 15. Su lanzamiento de prueba ha generado alarma mundial y las reacciones en la comunidad internacional no se han hecho esperar.
El líder del régimen norcoreano, Kim Jong-Un, supervisó la prueba bastante sonriente. Tras ellos, el gobierno de Donald Trump urgió a todos los países a cortar relaciones comerciales y diplomáticas con Corea del Norte y señaló que si hay guerra, “el régimen norcoreano será totalmente destruido, la dictadura tomó una decisión que acerca al mundo a una guerra”.
Rusia rechazó los llamados de EEUU y a través de su canciller, Serguéi Lavrov, señalo: “no somos partidarios de esta idea (la propuesta de EEUU) y como ya lo venimos señalando desde hace tiempo, la vía de las sanciones ya no funciona”.
En el caso de China, principal sostén económico de Pyongyang, a pesar de las presiones de EEUU, se niega a suspender el suministro de petróleo al régimen norcoreano.