La explosión de una caldera convirtió una fábrica textil de Bangladesh en una trampa mortal. El fuego se propagó de inmediato en todo el edificio haciendo que varios trabajadores queden atrapados entre las llamas. Varias unidades de bomberos llegaron al lugar, pero tardaron varias horas para controlar la situación.
Los químicos y material inflamable hacían casi imposible sofocar las llamas. 13 personas murieron y una treintena resultaron heridas. Según reportes pocas personas habían ido a trabajar, ya que la mayoría se encontraba de vacaciones por el fin del Ramadán, sino el número de víctimas hubiera sido mucho mayor.
No es la primera vez que se registran tragedias en fábricas de Bangladesh. En 2012, un incendio dejó 112 trabajadores muertos, y en 2013 el derrumbe de otra fábrica dejó más de mil muertos. En esa tragedia se conoció la explotación de la que eran víctimas los trabajadores de la industria textil.