La pasión por la fama de algunos youtubers ha llegado hasta tal punto que son capaces de hacer cualquier cosa para conseguir un par de miles de reproducciones, una clara muestra de ello es lo que han hecho Lizzy Wurst y una compañera en su canal de YouTube.
El reto era sencillo, tan solo debían ser capaces de comerse el ají más picante del mundo.
Vea usted la reacción de estas osadas estadounidenses.