Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa pasaron unas vacaciones con sabor a luna de miel, y no fue para nada un viaje cualquiera sino uno carísimo y lleno de romance.
De los fiordos noruegos se dieron un salto a las islas griegas y acabaron en Moyo Island, en Bali. Para llegar hasta allí necesitaron un hidroavión privado por el que pagaron 3.900 euros.
Según la revista ‘Hola’, Isabel se levantaba tarde y desayunaba un vaso de agua caliente y luego tomaba zumos naturales durante todo el día. Mientras, Mario, buscó la inspiración para su próxima novela.
Pese a lo extenso del viaje, ambos han tenido tiempo para la tranquilidad y seguir sus rutinas. Mario dedica cinco horas a escribir su próximo título literario. Cuando da por finalizada su jornada de trabajo, lee a Isabel lo escrito durante el día para recibir sus comentarios sobre el borrador.