El hecho sucedió en el condado Miami-Dade, en Florida, donde Calvin Lloyd Griffin compareció ante la jueza Catherine Pooler y, al tener su micrófono apagado por estar hablando continuamente, el sospechoso comenzó una demostración de "twerking" ante la jueza, lo que no le hizo ninguna gracia a la autoridad imponiéndole una fianza de 18 mil dólares por su demostración artística fuera de lugar.
Según la madre del acusado sufre de problemas psiquiátricos y comentó que para la audiencia había dejado de tomar sus medicamentos, justificando así su extraña actitud.