Con un rostro desencajado, largas pausas y sin poder hilar palabras, esta fue la primera reacción del primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson, al ser consultado sobre su relación con paraísos fiscales a través de empresas offshore en Panamá.
Ahora se ha convertido en la primera víctima del escándalo de los ‘Panama Papers’ al presentar su renuncia al no poder hacer frente a la presión popular que exigía su dimisión.
Desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama no ocultó su preocupación ante el que sería el mayor fraude fiscal global de los últimos años y aunque defendió algunas compañías, denunció que muchos se aprovechan del sistema.
A los más de 140 políticos y altos funcionarios de todo el mundo que figuran en los documentos panameños se unen las más de 500 entidades bancarias que crearon casi 15 000 compañías fantasma, que aunque parezca increíble, pueden generarse con solo 505 dólares en menos de 72 horas.
El narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el gobierno sirio, el autoproclamado Estado Islámico y hasta el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, también están involucrados en el escándalo global.
Bajo la frase ‘Todos somos Panamá’, así la satírica revista Charlie Hebdo retrata lo que ha denominado “terrorismo fiscal”.