Siete personas fallecieron y cerca de 150 resultaron heridas, entre ellas ocho de gravedad, tras el descarrilamiento de siete vagones de un tren en Filadelfia, Estados Unidos. Más de 200 bomberos continúan trabajando en el lugar del accidente para rescatar a los pasajeros que permanecen atrapados entre los fierros retorcidos. Las autoridades no descartan un posible aumento del número de víctimas mortales.