Este viernes, frente al consulado de Suecia en Libia, estalló un auto que fue detonado a control remoto. La fachada frontal del edificio y de las casas cercanas resultaron dañadas. Sin embargo, no se reportaron pérdidas humanas y heridos de gravedad, debido a que el local de la delegación sueca se encontraba vacío en el momento del ataque.
En Estocolmo, Ursula Ahlen, funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores, confirmó que hubo una explosión por la mañana frente al consulado honorario sueco en Bengasi. Agregó que la fachada y las ventanas del edificio resultaron dañadas, pero no había reportes de heridos porque la misión diplomática estaba cerrada el viernes, que en Libia es un día de fin de semana.
Bengasi has sido escenario de una ola de ataques contra las oficinas gubernamentales y asesinatos selectivos en los últimos meses mientras las fuerzas de seguridad se afanan por imponer el orden en Libia desde la guerra civil del 2011.
Hay abundancia de armas y varias milicias compiten por hacerse con la autoridad, al tiempo que operan impunemente. Algunos milicianos han advertido de posibles ataques a los intereses estadounidenses —e incluso de otros países— tras una reciente operación norteamericana en Libia en la que fue capturado un sospechoso de al-Qaida y sacado del país.
La operación indignó a las milicias islamistas que acusaron al gobierno libio de cooperar en el secuestro de un ciudadano de Libia. El año pasado los milicianos islamistas atacaron el consulado estadounidense en Bengasi, donde mataron al embajador estadounidense y a otros tres funcionarios.