En China, en una población llamada Mosuo la madres llevan las riendas de su sociedad. Este poblado queda a más de 2,000 metros de altura y es una de las últimas sociedades matriarcales del mundo. Una comunidad gobernada por mujeres que prefieren estar siempre enamoradas y nunca casadas. Si consideramos que en China, a las mujeres solteras y mayores de 28 años las llaman "shengnu" –mujer sobrante, en mandarín–, en la comunidad Mosuo esto es una rareza.
Cabe indicar que es ese lugar las mujeres hablan con tono imperativo, y solo ellas avivan el brasero que calienta el hogar donde la madre lleva las riendas. Las mujeres Mosuo crían a sus hijos. Ellas son las dueñas de los animales y de las tierras que trabajan. Ellas heredan y administran las propiedades y la economía familiar.
En este pueblo gracias a el poder del matriarcado se rechaza cualquier manifestación de violencia en el espacio público o privado ya que lo consideran una deshonra para la familia y la comunidad.