El fallecimiento de los 68 presos durante un incendio desatado en el interior de una cárcel en Venezuela dejó consternados a cientos de familias. Con un profundo dolor, ellos llegaron hasta el cementerio central de la ciudad industrial de Valencia, Venezuela, para dar el último adiós a las víctimas.
Informan que los fallecidos fueron enterrados en modestos nichos de ladrillos, construídos uno a lado del otro. Y para decorar el espacio, los familiares pusieron pequeñas y modestas cruces blancas con el nombre y año de partido de la persona.
Pese al dolor, los familiares exigen a las autoridades una explicación sobre lo ocurrido.