Su rostro sufrió muchos daños por una mala praxis lo que le provocó terminar con daños prácticamente irreversibles. Y es que tras someterse a una operación de cambio de sexo, decidió hacerse unos retoques para que su cara pareciera más femenina pero nunca imaginó que se iba a topar con un falso cirujano que le inyectó cemento en las mejillas. La pesadilla de esta mujer comenzó en el año 2005 en Florida y desde entonces se convirtió en uno de los ejemplos más famosos en el mundo de malas prácticas en procedimientos estéticos. El problema es que no acudió a la persona indicada para que le hiciera este tratamiento y por culpa de un supuesto médico, acabó con la cara llena de cemento y de sellador de neumáticos.
Sin embargo, y tras más de una década de sufrimiento, un médico especialista en cirugía estética decidió ayudarla a acabar con el tormento que representaba mirarse en el espejo.
Después de más de 10 años y tras ser diagnosticada como “intratable” por varios cirujanos, esta mujer de 48 años vuelve a sonreír aunque no olvida todo el sufrimiento causado por una mala decisión.