El más conocido de ellos es don Saúl, que a sus 92 años, baila con mucha energía demostrando a todos que la alegría y el ritmo se lleva en el alma, sus peculiares movimientos ya han dado la vuelta al mundo derrochando siempre toda la simpatía que lo caracteriza.
Pero como él existen otros adultos mayores quienes demuestran, que para bailar, la edad es lo de menos, vea en este informe como los años no son sinónimo de aburrimiento.