Al igual que otras regiones, Puno se venía recuperando de las duras pérdidas a causa de la pandemia, pero las violentas protestas en contra del gobierno en esta región causaron la cancelación de la Fiesta de la Candelaria, hecho que generó un serio perjuicio económico a un promedio de 300 000 familias dedicadas a actividades relacionadas con el turismo.
Sin embargo, otra es la realidad en Cajamarca donde los carnavales, que culminó el 22 de febrero, albergó a 70 000 turistas, superando la cantidad que estimaba la Cámara Regional de Turismo (Caretur) de Cajamarca.
Para especialistas, este contexto refleja un contraste brutal entre Puno, que a casi tres meses de iniciado las manifestaciones aún continúa con las vías bloqueadas, y Cajamarca que ha generado millonarias ganancias que ayuda a la reactivación económica.