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Jueves, 27 de setiembre del 2018

José: El niño que a los 7 años fundó su propio banco y apunta a lo más alto

Natural de Arequipa, este joven escolar se ha convertido en todo un ejemplo de visión empresarial y perseverancia, pues no solo ha logrado el éxito con su idea. Ahora piensa aplicarla en todo el país.




Natural de Arequipa, este joven escolar se ha convertido en todo un ejemplo de visión empresarial y perseverancia, pues no solo ha logrado el éxito con su idea. Ahora piensa aplicarla en todo el país. Foto: Andina.

Sin límites. A veces, muchos de nosotros caemos en el error de creer que nuestras metas son imposibles. Sin embargo, eso es lo que hace historias como la del pequeño José tan especiales y esperanzadoras. Este niño arequipeño, a sus 13 años, dirige un banco con más de 2000 clientes.

Se trata de José Adolfo Quisocala Condori, natural de Arequipa, quien inició su idea a los siete años atendiendo a 20 niños en el Banco del Estudiante Bartselana, una idea de negocio cuyo éxito tal vez ni él mismo habría podido imaginarse. Él relató su historia al diario Correo.

“Al inicio, mis profesores pensaban que estaba loco o que un niño no podía emprender este tipo de proyectos”, cuenta. Foto: Andina.

“Al inicio, mis profesores pensaban que estaba loco o que un niño no podía emprender este tipo de proyectos. No entendían que nosotros no somos el futuro del país sino su presente. Por suerte, conté con el apoyo del director y de la auxiliar de mi aula”.

Aclara que no la tuvo nada fácil: “Tuve que soportar las bromas y el bullying de mis compañeros de clase por la labor que estaba realizando”, confiesa. Viendo que sus compañeros gastaban su dinero en golosinas o figuritas, se propuso crear un sistema financiero de ahorro y reciclaje.

Incluso tuvo que soportar las bromas y el bullying de sus compañeros de clase, pero siguió adelante. Foto: Andina.

El concepto del Banco del Estudiante Bartselana es simple: la entidad recolecta residuos sólidos de sus clientes, los que se venden a una papelera y son posteriormente convertidos en papel higiénico. Las ganancias van a la cuenta del niño, quien solo puede usarlas al cumplir su meta de ahorro.

Además, el retiro del efectivo solo puede realizarlo el cliente. Ni siquiera sus padres pueden hacerlo. Hace algunos años, José logró una alianza estratégica con otro banco, pero los resultados no fueron los esperados y decidió continuar por su cuenta.

Ahora José busca el apoyo del Banco del a Nación para replicar su exitosa experiencia a nivel nacional. Todo un ejemplo. Foto: Andina.

Esta vez, se le presenta una nueva oportunidad con el Banco de la Nación, de cuyo diálogo espera poder conseguir el apoyo necesario para que su idea llegue a todo el país. “No me intimida reunirme con ejecutivos de bancos para hablar de negocios”, adelanta.

“El trato siempre es cordial y, para ser sincero, me siento más cómodo con gente adulta porque entienden los proyectos que les estoy planteando”, señala. Sin duda, todo un ejemplo. No solo de visión empresarial, sino de empuje y perseverancia.


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