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Miércoles, 01 de noviembre del 2017

Pena de muerte: ¿Funciona de verdad en los países donde se aplica?

La pena de muerte siguen en debate en el Perú. Muchos defensores de esta medida la plantean como la solución a los graves delitos de violación, ¿pero qué puede decirnos la experiencia internacional?

Pena de muerte: ¿Funciona de verdad en los países donde se aplica?

La pena de muerte siguen en debate en el Perú. Muchos defensores de esta medida la plantean como la solución a los graves delitos de violación, ¿pero qué puede decirnos la experiencia internacional?




La pena de muerte sigue en debate. La posibilidad de condenar a muerte a quien cometa el delito de violación ha sido desde hace ya bastante tiempo una exigencia de muchos sectores de la ciudadanía, ante casos tan brutales e indignantes como los ataques a menores de edad.

El Instituto Nacional Penitenciario (INPE), señala que la violación sexual es el delito más frecuente en el Perú después del robo agravado. Hasta 2015 existen 11 200 varones internados por haber perpetrado este crimen contra menores y adultos, indica el presidente del INPE, Julio Magán.

A menudo, el principal argumento para los defensores de la pena de muerte es decir que aplicar esta condena haría que un potencial violador “lo piense dos veces” antes de cometer este tipo de delito ¿Pero es esto cierto? ¿La pena de muerte es capaz de funcionar como una solución disuasiva?

Actualmente la pena de muerte por violación se aplica en países como Egipto, Uganda, Bangladesh, China, Corea del Norte, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Irak, Pakistán, Palestina, Siria, Sri Lanka, Tailandia, Tayikistán o Vietnam, según cita la periodista Estefanía Carvajal, de El Colombiano.

¿Pero funciona?

Hay serias dudas acerca de la eficacia de esta pena como disuasiva si consideramos que solo Bangladesh es uno de los tres países (luego de Etiopía e Islas Salomón) donde más casos de agresión sexual se reportan, según el reporte ‘World’s Woman 2015’ de la ONU.

Asimismo, según datos de Thompson Reuters Foundation, World Report 2014 y Foundation for Sustainable Development, Egipto y Pakistán integran la lista de los 10 países más peligrosos del mundo para las mujeres.

Organizaciones como Amnistía Internacional han sido claras al respecto al considerar que “no existe ni una sola prueba fehaciente de que (la pena de muerte) sea un factor disuasorio” para delincuentes y criminales en general, afirmando que solo “se usa con fines políticos”.

En su informe titulado ‘Not making us safer’ (No nos hace más seguros), la organización destaca justamente la ausencia de pruebas que apoyen la afirmación de que la pena de muerte es capaz de reducir la incidencia de delitos graves.

El ente humanitario reconoce que en los países donde se plantea reanudar las ejecuciones, esto ocurre “a menudo como reacción visceral” ante delitos especialmente atroces. Sin embargo, afirma que “no existen pruebas fehacientes” de que ello influya en el control de la delincuencia.

Amnistía Internacional ha considerado la reanudación de las penas de muerte como una “vergonzosa maniobra política”. “Con ello (los gobiernos) distraen la atención de las soluciones a largo plazo que abordan efectivamente los problemas del sistema de justicia penal”, dijo la vocera Audrey Gaughran.

En tanto, la polémica en nuestro país aún tiene mucho por decir.


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