Mvuleni Fana iba caminando por un callejón en Springs, a unos 50 kilómetros al este de Johannesburgo, de vuelta a casa tras un entrenamiento de fútbol, cuando cuatro hombres la rodearon y la arrastraron al estadio. La violaron uno detrás de otro, golpeándola y dejándola sin sentido. A la mañana siguiente la víctima volvió en sí y, sangrando, pudo regresar a casa.
"Después de todo lo que vamos a hacerte, vas a ser una mujer de verdad y nunca volverás a actuar de este modo". Eso fue lo que le dijeron a la joven sudafricana sus agresores antes de someterla a una 'violación correctiva'.
Su caso no es el único, al menos 31 mujeres en los últimos 15 años no tuvieron la misma suerte que Fana, y murieron tras ser objeto de este tipo de agresión sexual conocida como 'violación correctiva'. Uno de los casos más sonados fue el de Sizakele Sigasa, defensora de las mujeres y los derechos de los homosexuales.