El miedo y desesperación se apoderaron nuevamente de miles de personas en la capital inglesa, luego que una furgoneta blanca atropellara a las personas que estaban en su camino en el London Brigde.
Tras arrollarlos, tres hombres bajaron del vehículo y armados con cuchillos comenzaron a apuñalar indiscriminadamente a los transeúntes cerca al mercado de Borough, un lugar con numerosos establecimientos gastronómicos.
Al llegar los agentes del orden abatieron a los atacantes. Un total de 7 personas perdieron la vida y otras 49 quedaron heridas. Tras los atentados la policía acordonó los barrios afectados, desalojó varios edificios y reforzó la protección policial del entorno.