Cultura

Lunes, 23 de octubre del 2017

¿Perú país de violadores?: Qué es la “cultura de la violación”

La violación a una empadronadora durante el Censo 2017 ha conmocionado y vuelto a poner sobre el tapete el tema de la violencia de género ¿Es el nuestro un país de violadores?

¿Perú país de violadores?: Qué es la “cultura de la violación”

La violación a una empadronadora durante el Censo 2017 ha conmocionado y vuelto a poner sobre el tapete el tema de la violencia de género ¿Es el nuestro un país de violadores?




El caso de la violación sexual a una empadronadora durante el Censo 2017 en el distrito de Villa El Salvador ha vuelto a conmocionar e indignar a la opinión pública en tiempos donde cada vez se visibiliza y denuncia más el maltrato a las mujeres en campañas como ‘Ni Una Menos’.

El feminismo como una tendencia internacional que reivindica los derechos de las mujeres ha ayudado a hacer aún más visibles los casos de violencia de género, y cada vez pone más de manifiesto a una sociedad que valora poco o nada el bienestar, la vida y la integridad de las mujeres.

En nuestro país, tras este hecho las redes sociales han vuelto una tendencia el hashtag #PerúPaísdeVioladores, donde además de denunciar la discriminación, acoso y violencia que sufren millones de peruanas todos los días, comparten datos que visibilizan el machismo en el Perú.

Recientemente, un estudio de Thomson Reuters Foundation ubicó a Lima como la quinta megaciudad más peligrosa para las mujeres a nivel mundial, solo por debajo de El Cairo (Egipto), Karachi (Pakistán), Kinshasa (Congo) y Delhi (India).

¿Es cierto que Perú es un país de violadores? Primero definamos la “cultura de la violación”, un término que ha recobrado vigencia. Se trata de una cultura donde la violación es un problema social y es aceptada y normalizada por actitudes sociales sobre el género, el sexo y la sexualidad.

Además, la cultura de la violación se expresa comúnmente en comportamientos como culpar a la víctima, la cosificación sexual, la trivialización o negación de la misma (por ejemplo, descalificar la violación cuando no se ajusta los estereotipos que se tienen sobre el acto de violar).

También se incluye dentro de esas expresiones el uso del lenguaje misógino y diferentes actitudes machistas que se denuncian comúnmente en nuestro país, por lo que lamentablemente encajaríamos en esta denominación.

¿Qué pasa por la mente de un violador?

Consultada por la cadena BBC, la psiquiatra y profesora turca Sahika Yuksel, excoordinadora del Grupo de Salud Mental de Mujeres de la Asociación de Psiquiatras de Turquía, afirmó que es “totalmente incorrecto” que un hombre viole por sus necesidades hormonales.

“Un hombre no viola a una mujer en la calle así como así. Saben que es inapropiado, así que lo hacen en secreto, lejos de los ojos de los demás”, afirma. Además, sostiene que la violación no es un acto sexual. “Es una agresión, está relacionada con la voluntad de ganar (…) trata del poder”.

La educación que reciben estas personas cuando niños, de acuerdo a los valores masculinos dominantes en sus culturas, repercute en sus actos cuando son adultos. “Los hombres cuyas madres son golpeadas por sus padres tienen mayor tendencia a ser agresivos en sus propias relaciones”.

En general, los niños y niñas se definen en la sociedad por la forma en que sus madres son tratadas por sus padres, apunta Yuksel. La forma de combatir este problema pasa necesariamente porque un violador admita que sus actos son erróneos y se responsabilice de ellos, algo poco común.

La doctora también hace hincapié en la rehabilitación a que deben someterse los delincuentes sexuales, algo que tampoco es común en países como Turquía o Perú. “Todo el mundo tiene derecho a recibir un tratamiento y rehabilitarse”, dice.

“Hay varios programas de rehabilitación que tratan a los delincuentes sexuales en el mundo y se ve que el riesgo de que vuelvan a delinquir es mucho menor que el de aquellos que no reciben ningún tipo de ayuda cuando están en prisión”. Descarta, por otro lado, la pena de muerte como disuasoria.

“Sabemos muy bien que en Estados Unidos, la tasa criminal no es más baja en los estados en los que está instaurada la pena de muerte” (…) “No se trata de hablar de venganza. Queremos que nuestra sociedad esté lo más libre posible de abusos sexuales y violaciones, acota.

 


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