Con frecuencia se han reportado casos en los que malos conductores convierten una vía de dos carriles en una calle angosta por la que apenas se puede circular libremente, como consecuencia de la irresponsabilidad de quienes no pagan estacionamiento o alquilan una cochera.
Un claro ejemplo es la calle Pardo de Zela en Jesús María, donde los autos en fila se han apoderado de la vía pública con ayuda de los parqueos informales.
Y es que según la norma de tránsito, si el carril es de dos vías, el chófer puede estacionar se vehículo, pero si es zona rígida, solo debe ubicarse en la parte izquierda del carril. En conclusión, está prohibido hacerlo en ambos lados.
Es necesario precisar que el problema se origina a que en reiteradas ocasiones, los letreros, las líneas amarillas, entre otros, son ignorados en su totalidad por los conductores.
Ante esta situación, algunas municipios realizan actividades para fomentar conciencia sobre el estacionamiento adecuado de los vehículos. Solo en el distrito de La Molina se trasladan al depósito un total de 40 autos semanalmente.
Por otro lado, en San Isidro el asunto es más grave. Autos en doble hasta triple fila permanecen estacionados por varias horas en los alrededores del centro empresarial y colegios del distrito, generando desorden en el tránsito vehicular.
Cabe señalar que los parqueadores no son un tema ajeno a esta problemática. Cámaras de seguridad de Jesús María muestran a un sujeto, ayudando a un conductor a su unidad en doble fila, cuando de pronto huye del lugar al percatarse de la presencia de los fiscalizadores.
En definitiva, pese a que el problema es evidente, las autoridades parecen no tener la solución. Y si no existe el compromiso, continúa el caos en la vía pública.
